
Es mejor asegurar que lamentar
Un seguro es la mejor forma de proteger nuestros bienes o patrimonio, por eso es recomendable tener pólizas que garanticen que alguien va a responder por nuestra vivienda, en caso de accidentes o eventos fortuitos.
Con el colapso del edificio Space en el 2013 en Medellín, muchas preguntas quedaron abiertas sobre la responsabilidad de una constructora en una obra, la cobertura de las pólizas de seguro y la actuación de la administración local, que desde la Curaduría es la encargada de emitir los permisos de construcción.
Luego de consultar a un experto en el tema de seguros, varias cosas quedaron claras: primero, que actualmente en el país no hay una póliza colectiva que ampare este tipo de siniestros, como el ocurrido en la capital antioqueña. Dos: lo más recomendable es tener cubiertas las propiedades con pólizas individuales. Tres: que nada ni nadie está exento de este tipo de percances.
Es importante aclarar que durante la construcción y puesta en venta de los proyectos habitacionales se generan tres tipos de pólizas: antes de ejecutar las obras, durante la construcción y en la posventa de las unidades.
La primera póliza que se genera es la “Todo riesgo”, que compra la constructora y que sirve como garantía para la entidad bancaria que financia la construcción el proyecto. También cubre daños por terremotos e incendios y ella va de la mano con tres aspectos fundamentales: el estudio de suelos, el diseño estructural y el análisis especializado de un geotécnico. El precio de estas pólizas varía según el estrato en el que quede ubicado el edificio o conjunto residencial.
Esta póliza brinda una expectativa real de pago para las entidades que financian los proyectos. Además, sirve como responsabilidad civil para las viviendas vecinas o estructuras colindantes, en caso que sean estas afectadas por las obras. Estas pólizas amparan todo el proceso constructivo, cumpliendo unas reglas establecidas, unas garantías, actas de vecindades, estudios de suelos, cálculos y otros elementos básicos
Juan Carlos Franco, gerente regional de Seguros Bolívar.
Hogar dulce y seguro
Cuando las obras concluyen dan pie a otras pólizas de seguros. Los propietarios pueden amparar sus viviendas con una póliza individual que cubra daños por incendio y terremoto. Estos seguros también brindan asistencia en caso de generar averías eléctricas, filtraciones o daños estructurales, entre otros aspectos.
Cabe destacar que cuando se hace un crédito para adquirir vivienda, la póliza que se genera como garantía para el banco debe ser por el valor total del inmueble y no por el del préstamo, pues con el paso del tiempo el valor de la vivienda sube, caso contrario a lo que sucede con la deuda.
“Es mejor que el tomador de la póliza asegure el 100% del valor del inmueble para que no pierda parte de su inversión en caso de una eventualidad. Con el tiempo y los abonos al crédito, las propiedades se valorizan, pero la deuda disminuye, lo mismo pasa con la cobertura, que solo cubriría lo que está amparado. El seguro debe estar en la misma línea del valor del inmueble y debe corresponder con el avalúo comercial del mismo, y no a la deuda que se tiene con el banco”, explica el Gerente Regional de Seguros Bolívar.
Áreas comunes
Para las zonas comunes existen pólizas de copropiedad que cubren daños generados por imprevistos y fenómenos naturales en parqueaderos, ascensores, sótanos y fachadas. Los más comunes son inundaciones, incendios, terremotos, daños eléctricos y filtraciones.
Este tipo de pólizas también amparan daños por actos terroristas, asonadas, huelgas y actos malintencionados de terceros. Por ejemplo, si por deterioro de la estructura le caen escombros a un automóvil en el parqueadero, este seguro cubriría los daños.
“Estas pólizas son importantes porque los actos de la naturaleza y los imprevistos no tienen aviso. Por ejemplo, si se daña el ascensor por un accidente fortuito, repararlo valdría mucho dinero y tocaría pedirle a los residentes una cuota extraordinaria de administración. Estas pólizas respaldan nuestra inversión, porque en caso de un siniestro la reparación de las zonas comunes sin una póliza, costarían millones”, afirma un administrador de un conjunto del sur del área metropolitana.
Si bien esta póliza de copropiedad no es obligatoria, la cultura del aseguramiento sí ha avanzado, pero no en la proporción de otros países.
En Colombia la prioridad está en asegurar los vehículos, tomar seguros de vida o tener medicina prepagada. Sin embargo, casos como el de Space es un llamado urgente a proteger los inmuebles, porque las eventualidades no dan aviso.
La legislación actual de propiedad horizontal recomienda (no exige) una póliza de copropiedad, que cubra daños generados en las áreas comunes por incendio o fenómenos naturales. Se encuentran excluidos los daños estructurales, producto de la irresponsabilidad del constructor o la impericia del mismo, como pasó en el edificio Space, en Medellín.
En robos internos en los conjuntos, entra otro actor a escena. Se trata de las empresas de seguridad, que por obligación deben tener una póliza contractual y de responsabilidad que cubra este tipo de inconvenientes.
Incendio y Todo Riesgo
Esta póliza cubre daños por incendio, explosión, rayos, terremotos, daños por agua de conexiones internas, anegación por agua proveniente del exterior de la edificación, huracán, vientos fuertes, granizo, impacto de vehículos terrestres o de animales, caída de areonaves u objetos que se desprendan o caigan de ellos, caída de árboles y ramas.
Además, incluye las consecuencias que se generen por los actos de los equipos de emergencias para controlar o evitar la propagación de incendios o tragedias naturales.
Otras Pólizas
- Asistencia de la copropiedad: cubre las pérdidas de dinero y otros bienes de propiedad.
- Pago de cuotas de administración: pago por seis meses por muerte del dueño o arrendatario.
- Asistencia copropiedad: cubre accidentes de menor cuantía, que requieran una atención urgente.